¿Por qué no quieres enseñar tu cara si ya has enseñado mucho más que eso?
¿Cómo te llamas realmente?
[...] y más preguntas que detesto que me hagan.
Yo no te pregunto a tí por el anillo que llevas en la mano que me está tocando el pezón, cómo te llamas, o cómo es que no hablas con la que estoy segura que tiene la pareja del anillo que llevas, que te gusta que te aten las pelotas y te las laman por que te encanta sentir placer-dolor.
Yo no hago preguntas que pueden resultar incómodas, a no ser claro está que afecten directamente a algo que pretendo hacer contigo, así que por favor mis pervertidos, no las hagáis vosotros tampoco, ni conmigo ni con ninguna otra mujer con las que estéis realizando vuestras fantasías más eróticas y secretas.
Besos,
Elisa
No hacer preguntas me parece una política muy adecuada y muy acertada. Ojala todo el mundo pensase como tu.
ResponderEliminar