Tengo una fantasía.
Tener un esclavo que me espere de rodillas desnudo cuando llego.
Un esclavo que me baja las bragas y me lame el coño nada más sentarme en el sofá al llegar.
Un esclavo que gotea líquido pre-seminal cuando le sujeto su cara contra mi coño para que aumente el ritmo.
Un esclavo que lama mi húmeda corrida.
Un esclavo que me ofrezca su culo y un plug anal para que se lo introduzca.
Un esclavo para masturbar al límite y parar...
...Y parar...
...Y parar hasta que se calme, para volver a empezar.
Un esclavo que le guste lamer.
Un esclavo que me penetre teniendo él el culo lleno con el plug.
Un esclavo que al mismo tiempo que me folla me frota el clítoris con un vibrador.
Un esclavo todo para mi. Mio para disfrutar.
Un esclavo que se sienta agradecido de que me corra por el.
Un esclavo que me despida al salir en la puerta con una gran lengüetada en mi coño mientras me pide que vuelva pronto.
¿Lo malo de las fantasías? Que casi nunca se cumplen al 100% como tu quieres.
Besos.
Elisa.
¡Bonita fantasía!
ResponderEliminarYo estuve a punto de conseguirla completa.
Sin quererlo, ni planearlo, salió. Al principio me sentía un poco incómodo. Pero se me pasó pronto. Es más, fué saliendo sobre la marcha.
Para no alargarlo demasiado, al final (porque ya acabó hace tiempo) y por ejemplo, yo me sentaba en el sofá a ver la tele. Y ella se sentaba en la alfombra junto a mis piernas. Desnuda y con "taconazos" (¡me encantan!),con un collar que le compré y el extremo de la cadena en mi mano. Solo tenía que dar un leve estirón para que, de inmediato y sin mediar palabra, me hiciera una buena mamada. Cosa en la que era muy diestra.
La verdad es que aquello me llegó a gustar. Lo recuerdo con mucho cariño.
Solo me resta darte la enhorabuena por el blog. Un cordial saludo.