Hola lectores,
Gracias por los e-mails insistiendo en que lo contara, así
que vuestros deseos son órdenes.
Advierto de antemano que a algunos puede no gustarles, a otros quizás sí, no lo se, yo me limito a contar las cosas tal cual me pasan, así de simple. Me hacía ilusión contároslo por que fue algo totalmente nuevo para mi y que como ya dije no había hecho nunca y ni tan siquiera se me había pasado por la cabeza hacerlo.
...Este sábado quedé con
un asiduo, Miguel (por llamarlo de alguna manera), me estaba follando desde
atrás (su posición favorita). Con una
mano me sujetaba las caderas, con la otra,
usaba un vibrador que frotaba
contra mi clítoris con movimientos circulares y precisos, como siempre, Miguel
suplía su falta de tamaño
y duración con intensidad y
juguetes. Un tipo curioso
él, pero
amable y buen amante, por
eso, posiblemente y pesar de sus rarezas
sigo quedando con él.
Estábamos en la
habitación del hotel de siempre,
discreto, limpio, agradable. Su
respiración agitada cerca de mi oído izquierdo me delataba que estaba cerca de derramarse, cuando hizo algo inusual en él, saco su pene
henchido de mi sexo y me
pidió que si se lo podía hacer yo a él, me pilló completamente desprevenida, en un primer momento no sabía lo que me
pedía y cuando lo comprendí me
pillo tan de sorpresa que no supe cómo reaccionar, al principio me lo tome
a broma, pero luego me contó que se lo había propuesto a su mujer y ésta le había mirado con cara “rara” (según él, normal pensé yo), pero a pesar de pensar eso comprendí una cosa: que al igual
que a mí me gusta hagan cierto
tipo de cosas, a él podía gustarle o al
menos ver si le gustaba cierto tipo de cosas así que lo hice, sí.
Fue…. extraño para que engañarnos, pero a la vez es algo que te confiere un cierto tipo de
poder, ahora puedo acercarme vagamente
al por qué os gusta a vosotros
esa posición sexual en
concreto .
Besos
Elisa
No hay comentarios:
Publicar un comentario